
Y esta bueno, porque a veces, solo a veces, uno llega por fin a ver la luz al final del camino y entender que las cosas pasan por algo, que todo sale como sale, o no se da, para dejar lugar a otras posibilidades que uno ni esperaba.
Y así fue... no lo esperaba ni de lejos, ni siquiera lo vi venir, y vino, no me pregunto, solo lo hizo y creo que eso marco la gran diferencia. Una enorme diferencia.
Y acá estamos... yo volando... sintiendo nuevamente esa maravillosa sensación de volar, de estar por sobre millones de cosas. Desde acá arriba nada parece imposible, la distancia se mide con los dedos.
Si, lo se, soy feliz.